miércoles, 20 de mayo de 2009

Un equipo y un futbolista hacen soñar en la ciudad más peligrosa de México


Esta nota escapa a la temática de las publicaciones anteriores pero esta impregnada en su totalidad por la esencia de Eurisko: descubrir cosas. Más aún, si las mismas sirven de ejemplo.






MÉXICO (AFP) - Indios y su atacante Julio Daniel Frías, ex pandillero y consumidor de droga, dieron el pasado fin de semana un buen motivo para soñar a los habitantes de Ciudad Juárez, el lugar más peligroso de México por obra del narcotráfico, al pasar a las semifinales del Clausura del fútbol azteca.
Los modestos Indios, que en enero no aspiraban más que a salvar la categoría, dieron la gran sorpresa del año el domingo al superar en los cuartos de final de la liga al poderoso Toluca, vigente campeón y favorito al título.
Este inesperado éxito fue recibido en la ciudad con la esperanza de que, sea cual sea el resultado de la próxima fase, señale una vía alternativa para muchos jóvenes juarenses que sólo tienen como horizonte la criminalidad.
Julio Daniel Frías, de 30 años, fue uno de los suyos. También fue 'mojado' (indocumentado en Estados Unidos). Hoy es la figura y el máximo goleador de uno de los cuatro equipos que aún sobreviven en el torneo mexicano.
"Me están poniendo como un ejemplo para todos los jóvenes que andan con problemas de pandillerismo y drogadicción. Mi vida puede ser algo que les puede ayudar porque yo anduve en esos mismos problemas y ahora soy un profesional del fútbol", dijo el lunes Frías, nacido en Ciudad Juárez, en entrevista telefónica con la AFP.
Esa vida fue una sucesión de desvíos y atajos hasta su tardío debut en primera división a los 29 años, hace un año y medio.
Pasó su adolescencia en un barrio 'bravo' de Ciudad Juárez, en la frontera con El Paso (EEUU). Consumió drogas y perteneció a uno de las pandillas que sembraron de violencia el terreno antes de la actual guerra entre dos cárteles narcotraficantes, que el año pasado dejó cinco asesinatos de media diarios.
A los 17 años fue recluido en un centro de menores pero "al salir tuve a mi hijo y mi camino empezó a enderezarse. Luego el fútbol me ayudó muchísimo para retirarme definitivamente de todo eso", explica.
Pudo ganarse la vida con el fútbol a los 20 formando parte de varios equipos de divisiones inferiores hasta que cruzó clandestinamente el río Bravo para trabajar durante tres años en la construcción en El Paso, donde dejó el fútbol en segundo plano y jugó para un club no profesional.
La meta de llegar a la máxima categoría parecía más lejana que nunca hasta que lo incorporó Indios, con el que logró el ascenso en 2007.
El delantero recuerda a "muchos jugadores que se retiran seis meses y no vuelven a figurar. En mi caso regresé con mucha hambre de triunfo, de querer ser alguien. Ahora se disfruta más por lo que he sufrido para llegar".
Un argumento que bien puede aplicarse a la castigada Ciudad Juárez.
"La gente por fin ha podido ver otra cosa que no sea violencia (...) Desde anoche (domingo) hubo fiesta en la ciudad. Nos recibieron muy bien en el aeropuerto. Nunca se había vivido esto en Ciudad Juárez", afirmó el máximo artillero, con cinco tantos, del conjunto que dirige el uruguayo Héctor Hugo Eugui.
Frías, el único juarense de la plantilla, cree que "todos los jugadores se han comprometido mucho con el equipo por toda la violencia" que padece la ciudad y que también les amenaza a ellos.
"Los jugadores no traen autos de lujo, llevan unos que no llaman tanto la atención desde que pasó un problema con Cirilo" Saucedo, uno de los porteros, a quien le robaron su coche a punta de rifle.
Saucedo también fue protagonista en 2008 de una anécdota espeluznante cuando un medio local publicó que el portero de Indios había sido decapitado.
Debido a la inseguridad, la plantilla también evita las salidas nocturnas, un factor que hasta podría haber sido "una ventaja" para que se concentrara más en el fútbol, considera Frías, quien comparte delantera con el argentino Ezequiel 'Lechuga' Maggiolo.
El jueves les espera en semifinales el nuevo gran favorito al título, Pachuca, pero "el equipo está mentalizado de que si le ganamos al campeón (Toluca), todo puede pasar", dice Frías, un peligro ahora ... pero en las áreas rivales.

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