Más de uno debe pensar que el mundo está lleno de improvisados cuando ve que el rumbo del país no vaticina un futuro promisorio o, simplemente, cuando su equipo de fútbol desde hace tres temporadas que no gana un partido por culpa de un entrenador que no sabe escuchar el reclamo de los hinchas que lo ven por televisión.
El teatro no es ajeno a esa expresión. Sin embargo, a diferencia de los que prefieren la comodidad que brindan esas palabras liberadoras de toda culpa, se las apropia para formar con ellas una obra. Y de esta herramienta es de la que se vale el elenco mendocino de El Taller que se presentó la semana pasada en tres funciones en El Viejo Teatro.
Durante tres días el grupo supo desplegar toda una galería de gags y absurdas situaciones gracias a la inestimable colaboración del público con su aporte de frases, disparadores de lo que, luego, se desarrollaba sobre escena.
Ya de entrada, la sorpresa fue constante. Una pelea entre los artistas parecía anunciar que todo se había acabado, pero eso fue tan solo la antesala de más de una hora y media de auténticas carcajadas.
Herramientas teatrales, mix de géneros, la cantata y el teleteatro venezolano fueron tan sólo una parte de la serie de números que los actores, unos más que otros, representaron.
Lo atractivo de todo el espectáculo radicó en la frescura y soltura con la que los intérpretes enfrentaban cada una de las situaciones que iban surgiendo. Eso le dio a todo el conjunto un clima fraternal pocas veces visto en la zona, ya sea por los gestos, la tonada o el hecho de que los presentes, de alguna manera, eran autores de lo que se estaba viendo.
Si bien la acústica del lugar supo jugar en contra, no fue lo suficiente como para afectar la obra en general. Se nota la experiencia de los años en cada uno de los jóvenes. Por eso, el mayor reconocimiento que el espectador puede hacer, no es con un fuerte aplauso, sino con ir a verlos otra vez. Claro está que tendrá que ser el año que viene. La espera será larga.
1 comentario:
Hola Pablo: interesante tu blog. Tus notas tienen humor, cultura e ideas tuyas.
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